Los sistemas de riego ofrecen una serie de ventajas que posibilitan racionalizar el agua disponible. Este tipo de emisor permite mojar una zona pequeña zona a su alrededor y puede ser bastante útil para regar tazas de árboles, y jardineras demasiado pequeñas como para emplear microaspersores. Tienes que medir la presión en la línea de alimentación de agua, si el valor no corresponde con alguno de los requerimientos por baja presión; entonces tienes que aumentar la presión utilizando un sistema de bombeo bombas de agua.

Además, permite automatizar el sistema, pudiendo instalarse en cualquier tipo de superficie, incluso en las más rocosas. Esto regula los caudales y mantiene la presión de funcionamiento en un nivel óptimo y protege nuestro sistema de probables subidas de presión.

Luego, partiendo desde los aspersores más lejanos a la válvula se va anotando en los tramos de tubería la suma del caudal de agua que pasa. Este sistema de riego es ideal para regar zonas precisas del jardín donde el agua es realmente necesaria. Este tipo de sistema de riego automatizado expulsa agua en forma de neblina, a través de emisores colocados en la parte superior de los cultivos.

Existen muchísimos tipos de sistemas de riego y cada uno tiene una particularidad, lo cierto es que el que se vaya a elegir depende de las rutinas que tengáis. Por ejemplo, si tu suelo contiene una elevada parte de arcilla, esto impedirá que las plantas absorban el agua de él.

Para el primer caso se conectan el sistema a las llaves, por lo que es necesario abrirlas y cerrarlas para llevar a cabo el riego, de esta manera el gasto de agua también será irregular e incontrolado. Estás delante de un sistema de riego económico que combina 3 elementos principales: una bomba, un temporizador y un circuito de microtubos que se encargan de regar las plantas por goteo de agua.