Un sistema de riego automático te puede aportar mucha comodidad, y una distribución del agua más uniforme y eficiente. Mantener estos espacios con la humedad adecuada para que las plantas crezcan y se desarrollen de la mejor manera requiere mucha agua y dependiendo de tu zona, es posible que haya restricciones de agua simplemente flujos muy bajos durante gran parte del año.

Con su instalación se procura que cada planta sea regada de manera regular, ya que, si no se cuenta con uno, por lo regular sucede que la cantidad de agua no es uniforme en todo el jardín, favoreciendo sólo a aquellas plantas que estén en una posición visible, provocando que algunas zonas sean más verdes que otras.

Normalmente podemos utilizar como toma de agua la tubería general de entrada a la casa, en cuyo caso utilizaremos una Te para sacar la línea destinada al agua para riego, bien un grifo que tengamos en el jardín. Incluye una bomba de agua de un tamaño compacto, bastante reducido pero potente y capaz de sostener el riesgo de 10 plantas por la cantidad de tiempo que lo programes, solo necesitas instalarlo en un depósito de agua, introducir la bomba, y listo.

Este sistema permite localizar mejor el agua y que llegue a la planta de forma localizada. Ahora los precios de los sistemas de riego más caros, corresponden a las versiones que incorporan reguladores, que alcanzan los 35 euros aproximadamente, y si tienen múltiples mangueras pueden llegar incluso a los 45 euros.

Riego por aspersión por goteo con diseño de distintas fases para asegurar la presión óptima y por jardines inteligentes lo tanto una irrigación completa de todo el jardín. Gracias a los sistemas de riego automático, esta labor se simplifica y se realiza de forma más óptima. Sin embargo, una red tupida, basada en rociadores de menor alcance, permite adaptar la instalación a cambios que sufra el jardín, tales como crecimiento de plantas, construcciones de piscinas, etc.

Este sistema aplica el agua al suelo simulando la lluvia, con ayuda de unos dispositivos de emisión denominados aspersores, que generan un chorro de agua pulverizada en gotas. Suelen ser laberínticos en su interior para disipar la presión del agua y así regar gota a gota.

Además, permite automatizar el sistema, pudiendo instalarse en cualquier tipo de superficie, incluso en las más rocosas. Esto regula los caudales y mantiene la presión de funcionamiento en un nivel óptimo y protege nuestro sistema de probables subidas de presión.